Los detectives privados se han convertido en un importante aliado para las empresas en la lucha contra el fraude laboral, la competencia desleal y el robo de información, entre otras investigaciones habituales.

En la actualidad, los empresarios enfrentan una serie de desafíos en el ámbito laboral, que van desde las bajas fraudulentas y la competencia desleal hasta el robo de información y la violación de secretos profesionales. La detección de estas prácticas delictivas y su denuncia son cruciales para proteger la integridad de las empresas y garantizar el cumplimiento de las obligaciones laborales de los trabajadores. En este contexto, la labor de los detectives privados ha cobrado una gran relevancia en el ámbito empresarial.

Los detectives privados se han convertido en los mejores aliados de las organizaciones para destapar y denunciar este tipo de actos delictivos. Estos profesionales, gracias a una metodología rigurosa, realizan investigaciones en el ámbito económico, laboral, mercantil, financiero y, en general, a la vida personal, familiar o social de los individuos, exceptuando la que se desarrolle en los domicilios o lugares reservados. Estas investigaciones se llevan a cabo mediante la obtención y aportación, por cuenta de terceros legitimados, de información y pruebas sobre conductas o hechos privados.

En un contexto socioeconómico marcado por la incertidumbre y la inestabilidad global, el fraude en el entorno laboral suele incrementarse notablemente. Por ello, las investigaciones privadas en el ámbito empresarial suponen ya una gran parte de la labor que, con mayor frecuencia, llevan a cabo los detectives privados.

Ante posibles incumplimientos laborales, el empresario puede adoptar aquellas medidas que estime más oportunas de vigilancia y control para verificar el cumplimiento por parte del trabajador de sus obligaciones y deberes laborales, guardando en su adopción y aplicación la consideración debida a su dignidad humana, tal y como establece el artículo 20.3 del Estatuto de los Trabajadores.

En este sentido, es esencial garantizar la legitimidad de todo el proceso, determinando el contexto adecuado de la investigación. Para ello, es necesario realizar un juicio de proporcionalidad en la decisión de encargar un informe de detectives en relación con un potencial conflicto disciplinario. Entre los beneficios de llevar a cabo este trabajo previo y riguroso, se encuentra la posibilidad de centrar plenamente el contenido del análisis, así como la reducción del riesgo de nulidad de la prueba.

Una vez se ha concretado el objetivo y se han estudiado las posibles líneas de investigación, se procederá a su planificación, puesta en marcha y ejecución de las acciones que, finalmente, concluirán con la elaboración y entrega de un informe. Las investigaciones más habituales en el entorno laboral incluyen las bajas fraudulentas, las acciones de competencia desleal, la vulneración de pactos de competencia postcontractual, la violación de secretos empresariales o el abuso del crédito sindical. También se incluyen las nuevas actividades asociadas al auge del teletrabajo, el bajo rendimiento laboral o el robo de información y/o material.

Finalmente, y cuando hablamos de las pruebas que se presentan con mayor asiduidad para denunciar estos abusos, los expertos destacan la “importancia de las periciales informáticas, metodología que permite indagar en herramientas y aplicaciones como correos electrónicos o conversaciones de whatsapp con el fin de alcanzar pruebas electrónicas o digitales de valor probatorio”.

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